"Satán, Cantor y el infinito", de Raymond M. Smullyan.

En mi anterior relato les planteé algo que ciertamente tenía trampa, sinembargo era la respuesta lo que podia confundir, no la pregunta. Ustedes no tienen porque saber la respuesta que dió aquella persona, ni siquiera el camino que escogí yo. Sinembargo si que podian haber hecho el siguiente razonamiento:
Supongamos que para ir a la riera tenía que tomar el camino de la izqierda. En este caso un caballero es del tipo de persona que me habria dicho que lo tomara, pués nunca miente. Contrariamente al caballero, un bribón no es del tipo de persona que me hubiera dicho que lo tomara, pero com este siempre miente deberia responder que si és de este tipo de personas. Es decir que tanto un caballero como un bribón me habrian respondido que si (suponiendo que el camino de la izquierda es el correcto). Si nuestro razonamiento se queda aquí no podremos concluir nada puesto que no sabemos que pasa si el camino correcto es el de la derecha. Sinembargo, si hacemos un razonamiento análogo al anterior pero bajo la hipótesis de que el camino certero es el de la derecha veremos que ambas respuestas serian negativas.
En conclusión; si responde que si, deberia tomar el camino de la izquierda y si responde que no el de la derecha. Si a alguien le gusta este tipo de razonamientos lógicos podran encontrar más en el libro "Satán, Cantor y el infinito", de Raymond M. Smullyan.
Ya les digo que el camino correcto era el de la izquierda, que la respuesta fué afirmativa y que sinembargo aquella persona no creo que fuera ni un bribón ni un caballero. Es más, mi pregunta fué directa, clara y concisa: El camino más corto para ir a Terrassa? Finalmente me encontraria una infinidad de ramales tan quívocos como el incial y que en todos ellos tendria la misma posibilidad de perderme...
Si no me hubiera perdido seguramente habria quebrantado alguna ley probabilística... y no se si habria acabado en la tan anelada riera.