Estamos enfrascados en el amor y sinembargo vivimos a traves del odio, camuflado de recursos morales...


lunes, 10 de enero de 2011

Doña Conciencia

De entre el gentío que llenaba aquel local nocturno surgió el Conde Frambuesa. A el ya le gustaba ser centro de atención, redirigir miradas, atrapar a la gente con el más voraz estilismo que solia relucir en no pocas ocasiones señaladas. Era considerado un crápula, pero lo cierto es que nadie lo sabía verazmente. Lo único que sabian era de su gran fortuna amasada por los negocios de alto calado que tenía, todos fluian a través del océano pacífico. Y bajo su sayo, una mujercita desconocida, no solo por el autor de este relato sinó tambien por el Conde Frambuesa. Vale... digamos que era la voz de su conciencia a quien en no pocas ocasiones el conde llevaba consigo y a quien en extrañas ocasiones atendía. Resulta que tenía una voz débil, casi imperceptible a oidos ajenos. Me atrebería a decir que al conde le encantaba tanto exhibirla como igonarla a su antojo. De hecho, nunca supe por que el conde la llamaba Doña Conciencia...
Aquel lugar era más bien un campo de batalla, donde la nobleza hacía gala de las posesiones más lustres e ilustres de entre sus iguales. Las clases medias y bajas no tenian cabida. Aquel dia el conde se disponía a acallar las mordaces bocas ansiosas del más indiscriminado descrédito. Preparaba el escenario y la situación. Primero situándose en la zona más central de los aposientos, luego alzándose como si de un virtuoso trapecista se tratara al mismo tiempo que hacía lo propio con la copa que sostenia en la misma mano del cigarrillo. A todo esto, golpeaba la copa con el broche de pelo de una potencial víctima de jolgorio nocturno. Entonces pronunció las siguientes palabras: Creíamos en todo cuanto queríamos a nuestro antojo y que el estatus social de nuestra aristrocacia era la meritocracia por definición. Pero yo os explicaré cuan duro es llevar consigo la voz de la conciencia. Ayer me desperté durante el sueño de mediodia por un azote suyo en forma de pesadilla. La semana pasada en este mismo local me agredió en plena conversación "fructífera" por una inoportuna e incesante tos, la bella dama tuvo que disculparme. El mes pasado me diagnosticó cancer de pulmón erróneamente, tuve que airearme durante un prudente periodo a sabiendas de un funesto final, coincidiendo con la semana "Valiosos empresarios". Hace ya 10 años que la llevo tras mi; camino y la noto, me giro y no la veo, repiro y la huelo, cierro los ojos y por fin la veo... Sabeis que, brindemos por ella!!

3 comentarios:

  1. Brindem, brindem Edgarpan!!! m'agrada això del Conde Frambuesa ;.)
    Encara que si proposessis un brindis multitudinari per ella, ben poca gent podria alçar la copa honestament...molts l'han perdut o mai l'han tingut...

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  2. Tens fusta d'escriptor tio!!! està entretinguda.

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  3. I si es la conciencia qui ens empeny a cometre errors, al fracàs emocional i laboral o la mort? uns dels problemes més comuns de l'èsser humà es que no sabem acceptar els nostres errors "inconscients"...
    :)
    certament... millor brindem! ;)

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