Estamos enfrascados en el amor y sinembargo vivimos a traves del odio, camuflado de recursos morales...


martes, 25 de diciembre de 2012

Mendigando humildad

Una vestidura rasgada por las perennes pesadillas ungidas en el banco de la plaza. Unos pies llagados por las ásperas calles que apenas transitaba. Las manos quemadas por filtros y filtros recogidos de esas crudas calles. Brazos recogidos, hombros ataviados por la tensión que recorría su cuerpo, cabeza agachas y mirada perdida. El rostro, que es la expresión del alma, se sostenía por un endeble hilo que le unia a su mundo. Su mundo, la compasión por la vida. Su vida, un cuerpo al filo del abismo. Casi un milagro que siguiera en pie, fuera tumbado en el banco o anclado al suelo con esas rodillas que apenas le valían para pedir limosna. Mirando arriba, muy arriba, donde la vista no alcanza para no ver a nadie entendió lo que era el mundo. El mundo siempre habia su vida. Entregándose a ella llevó su mirada a las manos, los pies, brazos, piernas, su torso... y llegó a sus ojos, donde vió el observarse a si mismo. Había dejado de ser el, el ya no era el sino la vida misma.   

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